Dentro de la idea de los ciclos repetitivos, el movimiento en espiral del sistema solar nos da un buen ejemplo de cómo nuestra concepción del universo y nuestra conciencia de cómo funciona la realidad, al tener una nueva comprensión y por tanto un nuevo punto de vista que añadir a la conciencia, tanto individual, como en este caso colectiva, pueden tener un profundo impacto en la redefinición de nuestras vidas.
El modelo clásico elíptico de movimiento del sistema solar nos indicaba dos imágenes por lo menos, que adherimos a nuestra conciencia cotidiana, la primera es que cada año era un repetición del anterior, empezamos un nuevo año esperando mejorar lo que hicimos en el anterior, deseando mejorar lo que nos hace falta, pero sintiendo en algunos momentos que no podemos salir de los circuitos rutinarios de años anteriores, o que caemos inconscientemente en cometer los mismos errores, el segundo quizás más imperceptible es nuestra concepción del tiempo y el espacio.
Y estos dos elementos o la relación de estos dos elementos conjugados, son redefinidos bajo este nuevo modelo de movimiento en espiral del sistema solar; lo primero es que el planeta nunca ocupa el mismo espacio dos veces, como nos lo hacía pensar el modelo elíptico, esto significa que estamos atravesando un espacio diferente cada segundo, a una velocidad increíble.
Este fenómeno físico no es percibido cotidianamente por nosotros a menos que nos detengamos a pensar en este hecho, a pesar de saberlo no estamos muy conscientes en lo cotidiano, de que a pesar de que estemos en reposo, estamos moviéndonos en el espacio a grandes velocidades, lo novedoso es saber que no existe posibilidad alguna de que podamos ocupar el mismo espacio dos veces, el planeta al girar alrededor del sol, no realiza una elipse, que año a año sea idéntica y por tanto repetitiva.
Como señala el científico Nassim Haramein, toda actividad que realizamos queda plasmada en un tiempo y en un espacio diferente al que ocupamos en este instante, dejamos nuestra marca en la materia del tiempo y espacio que el planeta ha dejado de ocupar, postulando que es posible modificar el pasado y sanar nuestro presente, dado que nuestro presente contiene al pasado, somos lo que somos como un continuo en el tiempo y en el espacio, en el ahora y ese ahora contienen un link de conexión con el tiempo y el espacio que se ha dejado atrás.
Por otro lado, el nuevo modelo en forma de espiral, en la cual el sol gira alrededor de un sistema mayor, nos dice que no existe posibilidad alguna de repetición idéntica en el mismo tiempo y en el mismo espacio, de cualquiera de nuestras actividades, a menos claro que sea una decisión consciente y voluntaria, y que no es posible volver a vivenciar el mismo tiempo y espacio que ya se ha dejado atrás.
Sin embargo la vivencia del ahora puede redefinir nuestra visión y conciencia del pasado, redefiniendola, bajo un nuevo punto de vista, cambiando nuestra conciencia de como percibimos la realidad, no solo de nuestro pasado, sino de nuestro ahora, como debiera ocurrir con esta nueva visión del movimiento de nuestro sistema solar.
Sin entrar a profundizar sobre estos conceptos, esta nueva imagen, sin duda debiera modificar la visión científica en algún aspecto, y por el momento el concepto de repetición cíclico, que parece estar enraizado en nuestra cultura, parece un poco menos trascendente.
Lo cierto es que el consenso general que la cultura nos da sobre la realidad, tiene un nuevo punto de vista, sin duda importante, que debiera afectar como en dominó, cada uno de los conceptos en las distintas áreas de la civilización que se fundaban sobre una imagen equivocada, que hoy nos es más clara, pero que no es integrada en la educación aún; este aspecto es quizás el más preocupante y obvio por el momento.
May the force be with you.
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