domingo, 19 de julio de 2015

Hablando con mi estufa

Acabo de tener una idea, mire mi estufa y pensé, tengo frio, y no prendí la estufa, entonces viene lo que sigue, mirando a la estufa, eres una herramienta, te podría cambiar simplemente por otra y yo seguiría teniendo frio, tu sabes mi estufita y su balón de gas que te quiero, puesto que me has acompañado cotidianamente, pero no confundas las cosas, mi frio no es una necesidad, así como tampoco es una necesidad el que yo mecánicamente recurra a ti mecánicamente te encienda para calentarme, te confundes porque mi necesidad no es dejar de tener frio, el frio que siento es una sensación térmica producida por el ambiente, no nace de mi si no que es un efecto del entorno, por lo que difícilmente podría ser una necesidad para mí.

Mientras pensaba esto sobre mi estufa y la prendía, sin saber qué hacer con mi tiempo libre, tengo muchas necesidades pero no de cosas, eso va y viene, y el entorno me obliga a tener cosas, pero confundieron los términos, porque por ejemplo una verdadera necesidad para mi es crear y su efecto es divertirme, que use un computador no satisface mi necesidad, es otra herramienta, que no va a saciar mi necesidad, yo uso la herramienta para manifestar mi necesidad.


Así nació el capitalismo.

Claro pues todo el concepto económico sobre el que se funda al teoría económica del libre mercado es que las necesidades son infinitas y los bienes escasos, y aquí según lo que le planteaba a mi estufa, esta premisa es errónea, mas aun cuando tenemos un universo infinito de materia y por ende de bienes materiales, que en algún punto de la historia estará a disposición de ser usadas por la humanidad.  

Mis necesidades son de orden espiritual, el contexto de la realidad me obliga a tener o usar cosas, para manifestar esa necesidad, como por ejemplo, usar mi estufa, ciertamente no veo al ser humano como un objeto o una cosa, así que mis necesidades humanas, coinciden con la carencia de concepto de posesión, no trato a las personas como cosas, específicamente y mas puntualmente con las parejas que he tenido, fui desarrollando y evolucionando esta necesidad que no sabia expresar que era muy subconsciente, por ende ahora no tengo celos, y este concepto es enteramente espiritual, dado que es interno, no externo.

En este sentido cambia la forma de percepción del lenguaje porque decir esta es mi mujer, ya me produce una contradicción en los términos, me espanta eso de que es mio, mio, mio, lo veo como egoísmo infantil.

Y al final las cosas quedan en el mundo, cuando muera no me llevare mis bienes ni mi patrimonio material, solo me llevare lo que aprendí en vida y de eso se trata todo aprender no aprehender.

Esta opinión, nació de una conversación con el pasado, vivo, (mi abuelo) hablando de sobre sobrenombres, el pasado me dijo, así nacen los motes y yo me quedé perplejo pues es algo que me pasa siempre, le explique al pasado, que siempre me cuestiono millones de cosas súper simples y que no puedo resolver el porque, así que le dije me olvido del porqué de todas las cosas y eso, porque en realidad cuando encuentro una respuesta siempre quedo perplejo porque nace otro porque, y como me pasa eso, bueno hago otras cosas…

Y le explique mote para mí es un alimento, refrescante, muy rico, ¿porque le dicen mote a los sobre nombres? y él me dijo, muy simple viene de motejar que significa apodar
.
Ahhhhhhhh me dije y le di las gracias.

Claro seguimos hablando de otras cosas… pero por ahora no vienen al caso o son más íntimas.


Y claro esta es una reflexión muy íntima, es una opinión, no es una certeza o quizás si, ni es la verdad, puede ser una especulación, o puede ser una soberana estupidez, no lo sé, pero la comparto porque quizá alguien mas se cuestione cosas similares o comunes, para eso cree este blogg, en un principio para dejar el silencio de lado, algo muy intimo, y lentamente para compartir todo lo que descubra y que al mismo tiempo pueda ser común a los demás. Thats all.

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