Fútbol, opio del pueblo.

Cuando era un imberbe pendejo de 8 o 10 años, tenía un par de vecinos que eran adictos al fútbol, hablaban de su equipo con pasión, coleccionaban álbunes, sabían de jugadores, estaban al tanto de las estadísticas y cosas que para mí eran un absoluto misterio, en mi casa jamás existió esa pasión, muy tarde entendí a duras penas las reglas del juego, hasta el día de hoy, el fútbol es algo que me es indiferente.

Sin embargo el fenómeno en sí no lo es, atrás quedaron los días en que los jugadores de por ejemplo equipos universitarios, eran estudiantes de las mismas, en donde todo era artesanal e ingenuo, cuando la camiseta no estaba tapizada de marcas comerciales, y por supuesto no existía el concepto millonario del pase del jugador ni estos ganaban las estratosféricas sumas que hoy se ventilan comúnmente.

Hay un dicho popular que se aplica en reuniones sociales con desconocidos y no tanto, "de política y religión mejor ni hablar" es políticamente incorrecto empezar una conversación tocando esos temas, es tabú, si no quieres caer mal o entrar en conflicto, pero el fútbol, es quizás uno de los tópicos que mejor son recibidos y aceptados, puede pasarse las horas amenamente en este tema sin molestar a nadie en lo absoluto.

El fútbol nos une como país, cuando de la selección nacional se trata y pareciera que está totalmente alejado de la contingencia política, pero esto es lo que está en la superficie y es un mero espejismo de lo que en realidad sucede, a fuerza de observación, que en cierto modo es un sentido común, no sé hasta qué punto como conciencia masiva del hecho, de cómo el fútbol es una cortina de humo para censurar temas políticos, conflictos sociales o bajarle el perfil a noticias como temas de corrupción, privatizaciones de empresas estatales, aprobación exprés de leyes espurias, ocultación de escándalos varios y toda temática que sea de real interés social, no hay nada mejor para un gobierno en problemas, que la agenda pública se vuelque a través de los medios masivos, en volver cadena nacional la clasificación del equipo a un mundial, el país se paraliza cuanto a mundiales se refiere, y es en esos momentos cuando esta utilización política se vuelve más evidente, aunque no por eso obvia y oculta, en menor medida ocurre lo mismo con otras instancias de menor envergadura, día a día algún hecho relacionado con el fútbol es portada de los diaros, el hecho relevante que distrae el ojo del público.

Y esta relación simbiótica entre lo apolítico y lo político, esta inaparente unidad entre cuestiones en apariencia contradictorias e inconexas, si uno percibe y le toma el pulso a la agenda diaria nacional, se repite con parsimoniosa exactitud y no distingue fronteras, es un mecanismo usado por los gobiernos como parte de su política, y es también un medio que las líneas editoriales de los medios de comunicación masivos fomentan, pero esto es algo que jamás será admitido públicamente.

Siento que hasta el momento, se usa el fenómeno, pero no se invierte como política pública en asegurar fondos para provocar necesariamente triunfos, almenos no en mi país, seguramente para no caer en esta obviedad la falta de recursos no es tema, ya que para eso están las corporaciones privadas invirtiendo billones, por lo que se usa el fenómeno como una apuesta, por lo que cada vez que pierde la selección, me digo, jeje, el gobierno no debe estar muy contento.

Marx acuño una frase por todos conocida, "la religión es el opio de los pueblos", hoy en día podría decirse lo mismo del fútbol, si se trata de explicar el fenómeno desde un punto de vista sociológico, yo diría que el factor común que relaciona la política y el fútbol, más allá del hecho de ser un fenómeno de masas, es la educación, casi como una ecuación matemática a menor educación pública, en cuanto a calidad e igualdad social, mayor es la simbiosis como método de control y censura social, como política pública de embrutecimiento de la consciencia social, el nivel educacional del país es inversamente proporcional a la capacidad de los individuos para tener conciencia de que su pasión por ver a un crack chutear un balón les mete goles en las políticas públicas y no a su favor.

Es por eso que como política pública se fomenta la perdida de cultura y educación de la población, ya sea por la destrucción de la educación como bien social común, o por el fomento de la chabacanería en los medios, léase reality shows y farándula, lo que quizás sea tema de otro post.

Por el momento debo decir que no tengo nada en contra de los hobbies, yo tengo los míos y me apasiono por ellos, no tengo nada en contra de los cabeza de pelota, me da la impresión que cuando salen en sus autos a tocar bocinas por media ciudad o saltan de jubilo en el punto de encuentro histórico de toda celebración en la ciudad, muy pocos de ellos tienen conciencia ni mayor preocupación en ese momento por las políticas públicas, ni pretenden hacerse cargo de esos temas en el futuro, por eso cuando salgo a la calle en día de derrota o triunfo de la selección, tengo muy en cuenta la actitud de la gente y mi indiferencia se pasea curiosa, tomando consciencia de que estilo de persona es la que me encuentro, ¿prejuicio?, quizás,  pero no por eso hace que la experiencia que me da la vida, bajo este contexto específico, sea por lo menos atípica, fuera del común general del gozo o sufrimiento colectivo, y quizás sea todo lo contrario y no lo se, quizás estoy dentro del común que siente cierto grado de indiferencia, solo que como estoy aislado del resto que siente así, no puedo auto definirme categóricamente como una persona normal, dentro de lo que es normal para la mayoría.

El día que el fútbol sea solo un deporte, que no pueda ser utilizado como un arma de omisión política, ese día me paseare y solo sentiré alegría y me empujara con mas fuerza que ahora el espíritu de jubilo compartido, sin ningún tipo de cuestionamientos, solo celebrar, juntos.