viernes, 28 de octubre de 2016

Sobre cúpulas y democracia.

Los políticos v/s lo social, los políticos, técnicos, expertos y profesionales del manejo de la legalidad y la burocracia que rige nuestras vidas, v/s lo social que esta en eterna transición hacia la democracia, un público ausente.

Para ser justos existió un proceso cultural y social de varias décadas antes del golpe en que surgió el germen de la organización social que apuntaba al poder político, es decir pasar de la república parlamentaria a la democracia, eso desapareció de golpe, y durante la eterna transición a la democracia se terminó de destruir lo que acompañaba este proceso cultural, el proceso social que lo acompañaba, lo que se denominó el tejido social y el sentido de comunidad.

Con un proceso social en evolución interrumpido por 41 años, y reemplazado el concepto constructor de lo público por el concepto propiedad privada, todo lo público se fue trasladando al sector privado, todo lo que es una necesidad social de la comunidad ahora es traspasada a lo privado, la salud, la vivienda, la educación, las pensiones de salud, el agua, el mar, y este apagón entre lo político social, se ha profundizado en la crisis de los partidos y la élites políticas que están disociadas del publico ausente, la ciudadanía, no estaban cumpliendo su función social como partidos, porque responden al interés privado, no al de la comunidad, por un lado, dado que el proceso social interrumpido apuntaba a la democracia directa y participativa, no a la república parlamentaria.

La ciudadanía en 200 años de república parlamentaria no ha ejercido nunca el derecho de decidir las políticas públicas, no es la base social, en el barrio, la comuna, la región, la que plantea los problemas y busca las soluciones por sí mismo, en forma participativa, organizada, ordenada y vinculante y pone a discutir el detalle a fino a ciertos ciudadanos elegidos, para que debatan y busquen la fórmula más correcta de crear la solución más acorde con el interés social, respondiendo a un mandato dado por la base social o la comunidad.

No, en lugar de eso hemos tenido más menos 200 años de república parlamentaria en donde una élite que surge de una minoría social privilegiada, por saber más, hablar más bonito, entender mejor que uno la burocracia y la legalidad, o como en los orígenes de la república parlamentaria, los ciudadanos con derecho a voto que eran los propietarios terratenientes, excluida la mujer y los analfabetos, peones o jornaleros, es decir la élite que al igual que ahora, la actual clase política, son los profesionales de la política y únicos capaces de solucionar los temas sociales, el ciudadano no concibe que sea responsable o técnicamente capaz de ocupar un puesto de poder para solucionar sus propios problemas que son a la ves problemas sociales, los profesionales de la política torpedearon esa solución conscientemente durante la transición y hoy nos encontramos que hay un problema de representatividad y legitimidad de los partidos que hicieron casi imposible el surgimiento de nuevas fuerzas político sociales de reemplazo, destruyendo desde la legalidad conscientemente el tejido social, el sentido de comunidad que unía a los partidos con una base ciudadana y fue reemplazado por el clientelismo.

Ahora los que militan no son ciudadanos, son funcionarios y el ciudadano, la comunidad, no se concibe a sí misma como sujeto activo y responsable de poder solucionar organizadamente desde el poder los problemas cotidianos de la calidad de vida que le aquejan.  Se trastoco la conciencia de que el político no tiene el poder, que solo es un representante del poder que le confieren los ciudadanos y la comunidad, y la comunidad ha perdido la consciencia de que ese poder es suyo y que puede ejercerlo y que ese ejercicio es lo que se llama democracia, por eso hemos transitado por 200 años por una eterna transición hacia la democracia, se cambió la consciencia del poder soberano y la responsabilidad verdaderamente democrática y se trastocó su sentido en que el poder democrático se ejerce únicamente por el ritual de votar cada cierto tiempo, ¿o lo que define la esencia de la democracia es que tengo derecho a voto?, ese es un aspecto de ella, pero no su esencia, no es lo hace de un sistema político una autentica y real democracia, hay otros factores que sumados transforman una república parlamentaria y una transición a la democracia en democracia.
   
Ya lo decían los prisioneros “Es fácil vegetar, dejar que otros hablen y decir ellos saben más que yo, ponerse una insignia, marchar detrás de un líder y dejar que nos esgriman como razón, no vamos a esperar, la idea nunca nos gustó, ellos no están haciendo lo que al comienzo se pactó, no queremos representatividad.”

Hoy por hoy las fuerzas emergentes son o no son democráticas en esencia si practican internamente una real, trasparente, horizontal y directa democracia, en donde la voz común no sea la voz de una cúpula que decide por los demás, para que los demás trabajen en hacer efectiva la visión de un selecto e iluminado pequeño conjunto de personas que se sienten destinados a cambiar los destinos del país y pretenden ponerse a la cabeza de los procesos sociales y recibir la confianza pública por el solo hecho de que se ven a sí mismo capaces de hacerlo, tal y como sucedió con la concertación cuando se puso ella misma a la cabeza del proceso social que denominó transición a la democracia.

Si las fuerzas emergentes no incluyen la democracia en sus prácticas internas, incluyendo como actor responsable y vinculante de las medidas y caminos a tomar a la ciudadanía ausente, el público ausente, retomando el cauce natural del proceso cultural interrumpido hace 41 años, el único camino futuro que proponen es ser la generación de recambio de una clase política agotada y reproducir una vez más la misma república parlamentaria de los últimos 200 años y alargar por otro ciclo el eterno proceso de transición a la democracia.

El más capaz para ejercer un cargo público no es el más capaz técnicamente, es el que es depositario de una genuina confianza pública, si esa persona no sabe, pues se pone a su disposición un par de expertos competentes e independientes que le expliquen las complejidades del asunto para que tenga un mejor punto de vista de las cosas, este concepto es tan simple que se aplica a todo desde la creación de una ley, a la explicación a la población de lo que significan e implican las normas del plan regulador de la comuna, una comunidad a la que se le niega el acceso a la información y le es imposible decidir vinculantemente sobre temas complejos, teniendo esto solución, obliga a entregar a los técnicos el asunto, a los profesionales, a los expertos, entonces quien diseña la norma lo hace a puertas cerradas y por intereses que no representan las necesidades de la ciudadanía, así no se construye una  democracia.



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