lunes, 25 de abril de 2016

En tu abrigo

Descubro tu mano encendida
la noche me abre la puerta
cabalgo por nubes perdidas
que apoco me alisan las cuerdas.

Descalzo camino insomne
bendigo viejas soledades
la luna susurra tu nombre
un viejo café que me arde.


El humo reprime la pena
el fuego me tiende su mano
papeles revueltos se esconden
el hondo compás de la carne.

Estrellas fugaces pasean
tormentas que llenan caudales
la constelación de la suerte
que arrulla con canto de madre.

Mis huesos esperan con calma
la sed que teje el destino
deseo con ansia acostarme
dormirme envuelto en tu abrigo.



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